Podemos reivindicar y reivindicamos el derecho al michelo, a ser patoso, a hacer el ridículo, a meter la pata, a ser un bocas, a acabar empapados un día de lluvia salpicados por las ruedas de un autobús veloz y a seguir caminando como si aquí no hubiera pasado nada. A no cumplir con los objetivos de año nuevo y a usar la bragafaja como arma de ligue aunque sea el gran revulsivo en caso de salir con éxito -y esto vale para todos, quien dice braga dice…-. A ser Bridget Jones y a que entre en nuestra #Influpedia.
Podemos reivindicar y reivindicamos el derecho a ser cualquiera, genuino y original siendo simplemente uno mismo, a contar con los dedos de una mano a los verdaderos amigos y no echar nada en falta, a que nos pasen cosas inverosímiles que no tienen sentido alguno y a aspirar a algo grande por muchas risas y miradas que se acumulen en el camino. ¿Por que? Porque nadie es mejor que nadie y porque solo uno mismo puede ponerse sus propios límites. Queremos ser Bridget Jones.
Sí, Bridget, sabemos que hasta la actriz que te dio carnes se las ha cercenado y que ha querido combatir el tiempo a golpe de bisturí (¿en quién te has convertido Renée Zellweger?).
Jamás te volveremos a ver en la gran pantalla y mas les vale no mostrarte como el renacimiento al éxito en una próxima entrega como si fueras la hermana de Carrie Bradshow. Eso no es Bridget Jones. No volveremos a verte con el mismo aspecto, solo te reviviremos una y otra vez abrazada al mismo diario, a los mismos hombres y a la misma tarrina gigante de helado. No hay derecho. Pero tú, el personaje, lo que significas, no te operes. #EresBien, en serio…
Eres el claro ejemplo de que seguimos sin abordar los objetivos que nos marcamos al comenzar 2015, cero gym, cero adiós vicios, cero ser más guay… ya acabando enero. Pero no dejarte ir es como no dejar ir al niño que todos hemos sido y, chica, en realidad, no te va tan mal. Tienes trabajo, te pretenden, te enamoras, viajas, vives, ríes y tienes una capacidad de echar tierra sobre los problemas envidiable. Analizándote, la clave está en la actitud. ¿Qué importa que agrades a muchos o a pocos? ¿Qué más da que te sigan o dejen de hacerlo? ¿Qué más da nada y todo si sabes quién eres y te respetas?
Es cierto, a veces el policía de la moda debería perseguirte y llevarte a un zulo durante unas horas pero todo tiene arreglo.
Nos recuerdas a esa canción que ahora suena mucho y nos da tan buen rollo: All about that base, de Meghan Trainor. Pues en esa línea andamos hoy, en estar orgullosos de ser quienes somos y en asumir que seas quien seas, alto o bajito, popular o solitario, locuaz o apocado, guapo o feo, delgado o rellenito… Sea como sea, eres tú, el mejor producto y el mundo puede ser tuyo.