La figura de Hermes, el mensajero, está de moda

Hermes nació dios, fruto de la unión de Zeus y la pléyade Maya, una de las siete hijas del titán Atlas y la ninfa marina Pléyone. Con la evolución de las leyendas respecto a su figura y papel en la mitología, su esencia como deidad se va diluyendo para ser recordado como el mensajero de los dioses eternamente (bajo el nombre de Mercurio para Roma).

Entra en la #Influpedia hoy, impulsado por sus alas en los tobillos y una lectura bondadosa de aquellas características de las que queremos apropiarnos. Y en este sentido llega por méritos propios y las infinitas similitudes que podríamos encontrar -de forma tan selectiva como subjetiva- con la capacidad de acción de los influencers y la propia razón de ser de Influencity…

Resulta que Hermes era polytropos. No, no estaba enfermo. Era “de multiforme ingenio”. Es decir, era muy rápido de mente y de lengua, sagaz, elocuente, elegante, prudente, intrépido, espía de noche, guardián de moradas y templos, ladronzuelo -preferimos su acepción de pícaro-, habilidoso en el terreno social y generoso con sus poderes (los concedía a mortales). ¿Cuántas características de Hermes reconocéis en un influencer?

Con tantos dones era perfecto para su papel de mensajero e intérprete en fronteras de todo tipo. En ello estamos en Influencity, aunque claro, en la leyenda Hermes lo era desde heraldo para viajeros como guía para difuntos (lo que viene llamándose psicopompo).

Para más inri, fue inventor del fuego, la siringa (flauta de nueve tubos), la lira, varios tipos de carrera y la lucha. Bien, ¿qué influencer no se apasiona, no crea ‘música’ con sus contenidos, no busca su particular camino y persiste, trabaja, avanza, crece?

Hermes ayudaba a los viajeros a tener un camino sin sobresaltos, velando por su seguridad y asistiéndoles en sus dudas. Como intérprete venía a traducir el mensaje de los dioses a los mortales (de ahí el término hermenéutica). ¿No veis más parecidos razonables con el Marketing de Influencers que creamos entre todos cada día?

A Hermes se le reconoce claramente por su pétaso y sus sandalias, ambos con alas, que le permiten volar y moverse con total rapidez, de lo terrenal a lo divino. Y también por su caduceo, el bastón de Apolo que le cambia por una lira, al que se le enroscan dos serpientes (en símbolo de la lucha de los opuestos que propician el equilibrio)… Y volvemos a apropiarnos de parte de Hermes, con su capacidad de emprender el vuelo y con el esfuerzo por mantener la armonía.

Aunque hoy podemos elegir vestir ese espíritu interior en otros formatos…

Como sea, nuestra visión particular de Hermes está de moda.

*Apunte: La firma Hermès no tiene que ver con nuestro protagonista de hoy, sino con el apellido del creador de la marca de moda: Thierry Hermès. Especializada en su esencia inicial en accesorios de cuero y relojes de lujo, resulta cuanto menos curioso que su logo represente un carruaje… Viajes, tiempo, excelencia.