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5 min read | marzo 17, 2015

Dietrich Mateschitz, marketing en las venas (y en las alas)

Dietrich Mateschitz, marketing en las venas (y en las alas)

Es la cabecita con alas de Red Bull. Dietrich Mateschitz acumula más de 70 años de experiencia vital, de raíces humildes y un presente de oro. Sus padres eran maestros de escuela y él fue uno de esos chavales que tenía clara su voluntad de éxito y que por alguna razón común a los emprendedores dorados, tardó más de una década en acabar los estudios de algo que, a todas luces, llevaba ya en las venas, el Marketing.

Comenzó en el mundo de la publicidad con Unllever desarrollando principalmente proyectos para marcas de detergentes. Tantas prácticas debieron dejarle una mente clara y limpia para lo que estaba por venir, lanzarse al marketing internacional. Lo hizo de la mano de Procter & Gamble y siguiendo la estela de otro tipo de productos limpiadores: champús y dentífricos… Y así le luce el pelo, cano y brillante, y la sonrisa, amplia y blanca a rabiar.

Ya inmerso en el mercado internacional, de aquí para allá, de un avión a otro, un buen día tuvo una experiencia que le cambió la vida. Así como llegan las grandes ideas, de golpe, la suya la propició el jet lag en Tailandia. Agotado de sueño y trayecto pidió una bebida para reactivarse. ¡Y vaya que si lo hizo! Le sirvieron Krating Daeng, el indiscutible precursor de la marca que Mateschitz  decidió fundar de inmediato, en 1987, Red Bull. Los socios no podían más que ser tailandeses, quedándose para sí el 49% de las acciones.

Él define el resultado de su apuesta como “una bomba mundial”, pero la verdadera bomba es la visión marketiniana que tuvo y sigue teniendo para posicionar la marca como lo ha venido haciendo en el mercado, asociada siempre a iniciativas motivadoras, deportivas y que rompen todos los moldes. Destina un 30% de sus ingresos a marketing con patrocinios reconocibles por todos y publicidad y mensajes que todavía lo son más.

La estrategia, según confesó a Forbes el propio Mateschitz  es “expandir la presencia de Red Bull ante el auge de nuevos competidores en el mercado de las bebidas energéticas”. Con ello, “Red Bull tiene una cuota de mercado del 80%”. 

Y mientras el negocio fluye, este tipo solitario pasa la mayor parte de su tiempo en Salzburgo, aunque tiene en propiedad la isla Laucala en Fiyi que compró a la  propia familia Forbes por 7 millones de libras esterlinas. Casi nada.

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