Baddie Winkle, la Miley Cyrus abuela

Hace exactamente 53 semanas que Baddie Winkle posó con una camiseta con una espiral multicolor, unos shorts vaqueros deshilachados y unos calcetines blancos con hojas de marihuana fucsia. “Peace and Love”, como titular de su primera foto en Instagram. A priori, una abuela atrevida jugando a ser iger. Pronto comenzó a mostrar rincones de su hogar, su colección de camisetas de conciertos, vídeos girando sobre sí misma, en posición zen o haciendo la croqueta en la moqueta de su casa…

Y de pronto publicó una foto tomando un par de pastillas, explicando que con ello “trataba de vivir un poco más” y a posar en bañador en modo “robaros a vuestros hombres” y comenzó el no parar de followers y el idilio con las marcas… Una evidencia clara fue el surgimiento de los primeros haters a quienes aprovechó para mandarles un mensajito especial con, cómo no, otra imagen: billetes haciendo de parches entre sus ojos y el cristal de sus gafas. Más adelante, incluso, se secaría las lágrimas (ficticias) también con billetes…

Tintarse el pelo de morado, posar en shorts cada vez más shorts, participar en programas de televisión, sumarse al Ice bucket challenge nominando a Beyoncé, calzarse hojas para tapar dos puntos clave de su cuerpo tipo Eva en medio del bosque o liarse un cigarro de la risa fueron sus siguientes pasos delirantes.

Ya no había vuelta atrás, Baddie Winkle, la abuela loca, a favor de la legalización de la marihuana y defensora del ‘vive la vida como te plazca’, iba a dar el salto al mayor de sus logros: convertirse en deseo de marcas y el ídolo de Instagram de 774 K de usuarios. Entre ellos Miley Cyrus. Y no es de extrañar, muchas actitudes de la una se ven reflejadas en la otra.

Quién te ha visto y quién te ve, ¿no? Así cambian las cosas. Personalidad. Estilo. Marca.