“Y al octavo día, creó Twitter”. Parece que no fue así, pero podría haberlo sido. Al fin y al cabo Twitter es una de esos imperativos del día a día, que está presente en casi todas las vidas, en casi todos los móviles, en casi todos los pensamientos y en todo lo que ocurre en cualquier parte del mundo. Es ese omnipresente, en lo físico y lo virtual, que todo lo sabe que de todo se entera y al que acuden y nutren millones de personas a lo largo y ancho del planeta… El que descansó al séptimo día tenía forma de paloma blanca. Twitter no descansa nunca y tiene forma de pajarillo azul. Algún parecido razonable aunque terrenal encontramos…
La cuestión es que todo esto de las redes sociales es cosa de modernos pero conecta directamente con lo tradicional. El marketing de influencers es el boca a boca de toda la vida –ya lo decían nuestras abuelas– y las redes son, por tanto, nuevas formas y nuevos modos para las ideas de antes que quedaron obsoletas. El mundo pide más y le damos más. Twitter es uno de esos grandes logros y ejemplos. Pero, ¿qué pensamientos de antaño ya lo veían venir?
Pío pío que yo no he sido
Nos gusta eso de tirar la piedra y esconder la mano, de toda la vida. Es como retuitear o favoritear y luego decir aquello de “no fui yo, solo me hice eco de lo que aquel dijo”. Siempre hemos sido pajarillos a los que nos gusta hablar y mirar para otro lado.
Más vale pájaro en mano que ciento volando
Es lo que tiene la sutil avaricia. Queremos más, pero preferimos no perder lo que tenemos o, al menos, es lo que la sabiduría popular recomienda y será por algo… Hablando de pájaros, más vale tener nuestros ‘followercillos’ afines y queridos a salvo y bien cuidados que querer abarcar más de lo que estamos capacitados para gestionar. De los delirios de grandeza nadie está libre y atreverse a alcanzarlos no es descabellado, siempre y cuando haya detrás una estrategia y un fondo con base creíble y sostenible.
El que no arriesga un huevo no saca un pollo
Como el que quien no llora no mama. Cierto. Así hasta en Twitter nacemos ‘huevitos’ y solo el que evoluciona se convierte en polluelo volador. Y una vez siéndolo, hay que seguir haciéndolo. Arriesgar, crear, proponer, compartir… Solo preparando el terreno, y perdiendo por el camino, se gana. Experiencia cuanto menos.
Pájaro que canta, volar quiere
¡Pues claro! Quien apunta maneras de cualquier cosa quiere despegar, convertirse en protagonista de sus sueños. Y llegó Twitter y la frase cobró todavía más sentido. Quien comparte, genera contenido de calidad, capta la atención de otros… comienza a retroalimentarse y a querer crecer en calidad y cantidad, en todo.
Ventana abierta, pájaro que vuela
Y cuidadito con los descuidos. Con no cuidar a la gente, con comentar por comentar, compartir por compartir, no ser empático ni tener aspiraciones. Si te abandonas, a ti mismo, a tu trabajo y a tu gente, tus alas serán muy muy cortas.
Cría cuervos y te sacarán los ojos
¿Troleas? Atente a las consecuencias.
El que te mantiene el pico te hace rico
Y ojo con no apreciar en su justa medida a cada una de las personas, perfiles, usuarios, plataformas, redes y empresas que están detrás de tu éxito. Sin todos ellos no hay comunidad que te aúpe ni repercusión que te avale. Así que quien te mantiene activo y te da sentido merece respeto y agradecimiento, es por ello que la amabilidad, el feedback y la confianza son indispensables en todos los planos de la vida en que te llega el éxito. Twitter no es más que otro escenario donde, si cabe, las emociones son más eficaces pese a la rapidez, fugacidad y concisión con la que ocurren las cosas. Adaptarse y ser justo es la clave.
Tener un piquito de oro
El don de la palabra, de la originalidad y la precisión. En este caso, ya en Twitter, en 140 caracteres. Y a ser posible en menos. Eres tu propia apuesta segura.
Todavía no sale del cascarón y ya quiere piar
Y suele pasar que cuando acabas de empezar quieres alcanzar el cielo pronto, ya. Y no es malo, es motivador. Siempre y cuando uno sea consciente de sus limitaciones y también que las cosas de palacio van despacio. Hace falta paciencia y mucho trabajo. Pero también trabajar la capacidad de mantenerse fresco, activo e innovador. Es la única manera de querer continuar piando, de crecer poco a poco. Sí, es cierto, hay casos de éxito fulturante. La excepción confirma la regla. Y solo estando e intentándolo puedes convertirte en tu propia excepción.
Según es el pájaro así es el nido
Y así como tus amistades, tus pertenencias, tu forma de vestir, de comer, de vivir… te describen, también tu timeline y tu comunidad de followers, así como la red o redes en que te desenvuelvas. Cuida tu nido, límpialo, mantenlo aseado y decóralo con todo aquello que te haga sentir en casa. Proyecta con mimo exactamente aquello que deseas. Tú puedes.