Poco agraciado, aislado de la sociedad, convencido de que no cabe en la norma por otros y por sí mismo. Encerrado en un micro mundo cierto pero insuficiente y, sin embargo, con capacidad de socialización a la mínima oportunidad, con sentimientos puros hacia otras personas que apenas conoce y con las cosas muy claras: “Sloth quiere chocolate”.
Hablamos, claro, del personaje de la película Los Goonies, de esos que te acompañan de por vida de por vida, entre el miedo y el amor, en anécdotas con los amigos y en camisetas temáticas para momentos especiales que te hacen no pasar desapercibido. Es un monstruo, cargado de emotividad y sentido humano, que acaba siendo un héroe aunque atrapado en el sótano de los Fratelli -que tiene guasa porque del concepto “hermanos”, la familia tiene poco-.
Sloth entra en la #Influpedia por méritos propios, por ser una perfecta alegoría de un muy posible y habitual perfil en las redes en su sentido más simbólico. Toda persona puede sentirse fuera de contexto, no encajar en su realidad o la que le viene impuesta y las redes sociales consiguen ofrecerle nuevos escenarios donde desenvolverse, hacer “amigos” con quien compartir intereses e inquietudes de la forma más inesperada y ser querido por lo que es capaz de ofrecer a un mundo abierto a quien desee estar.
O sea, estamos ante alguien que tiene clara su especialidad, empático y viral. ¿Os suena? ¿No leeríais su blog de ‘Relatos desde el sótano’ o ‘Cómo hacer que el chocolate dure en una mazmorra’? ¿Acaso no seguiríais su Twitter o Instagram, con selfies a los que no haría falta -ni milagro- ningún filtro? Nosotros sí, le querríamos, le queremos de hecho…
Pero rascando un poco más, debajo de esa apariencia y caracterización para la película, estaba John Matuszak, actor conocido por su afición al fútbol americano y su culto al cuerpo. Una especie de superhombre (aunque acabara como un pobre hombre…). Más allá de la ficción y la vida real, en un plano digamos paralelo en que todo confluye, Sloth esconde un hombre fuerte y triunfador, no precisamente feo ni desfigurado. Con una camiseta de Superman que traspasa el pecho y un gorro de pirata con el que puede vencer a cualquier océano enfurecido en busca de su tesoro. La libertad.
En definitiva, hay algo que a todos nos gusta como si fuera chocolate y podemos ser lo que queramos ser y seguro lo llevamos dentro.