No tenéis ni idea. Todos los besos y abrazos que os habéis dado, las miradas que os han echado, las sensaciones que habéis tenido, lo mucho que os habéis apasionado -ejem-, todo, ya está descrito. Ya alguien puso palabras -y no pocas- a todo lo que sois y habéis sido aunque -no os quitamos la ilusión razón- sois únicos… Como veis abusamos hoy de los guiones porque leer a esta mujer es como un guión de película. De ficción en la mayoría de casos para quienes se dejan invadir por la monotonía. Pero con ella, no hay sombras ni Greys que valgan. Hablamos de Corín Tellado.
Miramos sus fotos, de hace décadas y tan solo unos años, y nadie diría que detrás de esa digna protagonista de nuestro #tuabuelalosabe había detrás una creadora de mundos ardientes. Una adelantada a su tiempo, básicamente.
Sí, aunque parece que pertenezca a otra era, a juzgar también por el color amarillento de sus libros en estanterías y rastros, Corín Tellado falleció hace tan solo seis años. Un autora que se empeñaron en tachar como autora de novela romántica y que todavía se empeñó más en defender su esencia más bien “sentimental”.
Habrá a quienes les suene su nombre como parte de alguna frase hecha -“Eres tan romántica o tan pastel como una novela de Corín Tellado”-. Algunos, incluso, no sabrán si hablamos de una mujer o un hombre con solo oír su firma. Pero a quienes hayan tenido la oportunidad y placer de devorar alguna de sus obras, de observar el amor y la sociedad de su momento con sus ojos, no les extrañará que sea la autora más leída en lengua hispana después de Cervantes. Con 4.000 libros en su haber, unos 400 millones de ejemplares en total. Si eso no es viralidad, ¿qué puede serlo?