Ricardo García, conocido como Rixar o @taxioviedo, es taxista en Oviedo pero antes, persona. Él solo quería ser feliz y en el empeño se ha retratado como un auténtico revolucionario en su sector. En 2003 creó su primera web, “casi imposible de encontrar”, y tras tres años dio el gran salto directo al éxito. Una web más profesional, presencia en redes sociales y un sinfín de ideas que empezaron a llegar a la práctica. El resultado, un batallón de clientes, un servicio cada vez más personalizado, una creciente reputación online y una cartera -la suya- por momentos más atractiva.
A través de Twitter, mail y teléfono recibe encargos, reparte tarjetas de visita con su código QR, tiene wifi en el vehículo, los pasajeros pueden utilizar su ordenador e incluso imprimir sus tarjetas de embarque desde una impresora a bordo… Da servicio 24 horas al día, los 365 días del año. Ni más ni menos las prestaciones que a él le gustaría recibir de un servicio. Pero va más allá, ¡ahora también se pueden contratar sus servicios utilizando las Google Glass!
Su experiencia sirve de tal ejemplo que es requerido como conferenciante en diversos foros y acaba de estrenarse como tertuliano de televisión. No obstante, afirma que en su jornada sigue teniendo momentos tediosos, de espera, que intenta paliar con la creación de contenido para su blog y puliendo nuevas ideas, que parecen no acabar nunca, como por ejemplo la definición y estudio del “taxista 3.0” y muchas otras que, nos confesó, “no le dejan contar” todavía.
Se convirtió en un fenómeno que muchos otros han intentado imitar en su propia ciudad y autonomía y muchas otras. Esa competencia que comenzó a ser feroz le generó un cierto estado de ansiedad en cierto momento, pero logró convertirla en motivación para seguir creando y creciendo hasta el punto de poder decir que está ganando el pulso.
Entre la acciones peculiares de Rixar está la ruta de 16.000 kilómetros por EEUU que ideó en una de esas mañanas de asueto sentado en una parada de taxi. Su objetivo era hacerse con todos los badgets de Foursquare para lo cual emprendió una campaña de crowfounding. En dos meses consiguió su objetivo para poder financiar el viaje que se hizo realidad. A su paso por Nueva York un cofundador de Foursquare quiso conocerle y le puso en contacto con el departamento de Marketing, dando a su periplo un nuevo sentido que jamás pudo haber imaginado.
Con 10,7 K de followers en Twitter y 2.323 en Instagram, entre otras redes, está no solo en la cresta de la ola, sino que sigue delante del volante. La manera de ser “el taxista más feliz del mundo”, “innovar” y de demostrar a todo aquel que no entendió su esfuerzo que del inconformismo nace el éxito.