Nacho Montes es un todoterreno mediático. Conocido popularmente por sus intervenciones televisivas y radiofónicas como experto de moda y tertuliano y participante de realities, parece moverse como pez en el agua en saraos. Pero Nacho Montes, tal y como él nos comenta en esta entrevista, es mucho más. Es un ser tremendamente sensible y creativo, periodista, escritor e influencer.
Su pasión por la moda nació de niño mientras miraba embobado cómo su madre se arreglaba para asistir a eventos. Una “elegancia serena” que le acompaña a él de por vida, en su forma de vestir, pero también en la de amar, sentir y comunicar. Es defensor a ultranza del amor y del uso de la palabra, como buen enamoradizo confeso y mejor narrador de historias, por cierto, en la cresta de la ola con su última novela Zapatos rojos para saltar en los charcos y, cómo no, su blog que procura mantener latiendo.
En las redes sociales se desenvuelve con naturalidad, mostrando sus looks, escenas de su vida y momentos con su gente, con más de 201 k followers en su perfil de Instagram y 115 k en Twitter (@NachoMontesTV). Hemos querido conocer su trayectoria, sus trucos e inquietudes, aprender de él y conocerle un poquito más. Nacho Montes es de esas personas que, en las distancias cortas, te convence e inspira.
Nunca me lo planteé, ni sé si lo soy realmente. Sé que a mucha gente le gusta lo que hago y se identifica con mis opiniones. Y estoy agradecido por ello.
Sentado en la habitación de mi madre observando cómo ella se arreglaba cuando tenía un evento. Me encantaba ver su elegancia serena, su gusto por las cosas bonitas.
Unos mocasines de verano con borlas y flecos. Yo era adolescente. Los zapatos me parecen fundamentales en el sello de identidad de cada uno.
Soy mucho más de lo que se ve, pero no muy distinto. El que sabe observar descubrirá, también por la tele, que soy un tipo terrenal, cariñoso y tremendamente sensible.
Carisma, naturalidad, honestidad, frescura, ironía, capacidad de observación, educación. Educación, siempre.
Que retraten lo que ellos sientan, no lo que quieren que sientan otros al verles.
Es fácil, me dejo llevar por todo lo que me gusta en la vida. Soy pasional pero intento manejarme con cordura.
Cuando algo no me gusta lo deshecho educadamente. Hace tiempo que no hago nada que me incomode. Tengo suerte de poder elegir.
Me siento un periodista conocido, muchas veces querido y siempre valorado en mi trabajo. Me siento un escritor leído y entendido por muchos lectores. ¿Qué más puedo pedir?
Cuando empecé, hace muchos años, a hacer radio y la gente me reconocía por la voz. Luego la tele, mucho tiempo después, hizo el resto y llegó la popularidad. Pero me gusta pensar que la gente valora lo que hago independientemente de la popularidad que da hacer televisión.
A mí me ha ayudado casi siempre. Igual es que soy positivo por naturaleza.
No me siento experto de nada. Me gusta estudiar continuamente, leo de todo, soy curioso y perfeccionista. Y me encanta vivir de mi profesión, elegida y trabajada.
Eso deben decirlo otros. Todos tenemos nuestro sello, eso que nos hace singulares.
No borraría nada de mi carrera. Yo he aprendido de todo. También de lo complicado. Y por hacer me queda mucho, espero, aunque haya tocado todos los palos.
Espero seguir escribiendo muchos libros, muchas historias y que la gente siga emocionándose con ellas. Cada lágrima y cada sonrisa de quienes me siguen o leen es un éxito personal.
Toda plataforma que mueva sensaciones, sentimientos y sentidos me parece maravillosa.