Lucky Luke ha llamado hoy a la puerta de nuestra #Influpedia, unos cuantos segundos antes de que lo hiciera su sombra. Es el vaquero protagonista de historietas más famoso de Europa, larguirucho y a medio terminar, chulo y bonachón, valiente e inocente, seguro de sí mismo y dependiente de su gran amigo.
Desde la mirada del siglo XXI la obra del dibujante belga Morris podría ser una especie de hipster del oeste, con vaqueros ajustados y tupé desenfadado, marcando tendencia así como quien no quiere la cosa. Cabalgando en busca y captura de los malos, mirando siempre hacia el sol y canturreando su mensaje favorito: “Soy un pobre cowboy solitario, y estoy lejos de mi hogar”. Orígenes de los que muy poco sabemos porque al final su vida está construida de pequeñas aventuras, con un objetivo tricéfalo (los hermanos Dalton) y un amor inimitable, el que tiene por su fiel compañero, Jolly Jumper. Es el caballo más listo que puede existir, le da buenos consejos, le rescata de las dificultades y le sostiene en su lomo, en las buenas y en las malas.
¿Por qué Lucky Luke es un influencer que traspasa tiempos y formas, del plano animado al del imaginario común? Porque es solitario porque quiere, porque va por delante de todo y todos (para empezar de su propia sombra), porque no tiene miedo y se enfrenta a los malos. Porque se hizo tan tan famoso que cuando falleció su primer guionista, Goscinny tuvieron que buscarle sustitutos y sustitutos (Bob de Groot, Patrick Nordmann, X. Fauche, Jean Léturgie) y su impacto sobre sus seguidores de carne y hueso hizo que abandonara el cigarrillo por un trozo de paja. Algo que le valió a su creador el reconocimiento de la OMS (Organización Mundial de la Salud). Hablamos de los años 80.
Personalidad, genio y figura. Amistad, lealtad, honradez, justicia. Son características y valores que encarna y que desarrolló en 31 números editados en belga, versionados en distintos idiomas y adaptado a la pequeña y gran pantalla.
¿Te pones un sombrero vaquero? Te acuerdas de Lucky Luke. ¿Se llevan los slim o ves un figurín andante? Te acuerdas de Lucky Luke. ¿Te atreves con el chaleco, el pañuelo rojo, una camisa amarilla? ¿Con morder un tallo, con subir a un caballo? ¿Que ves a tres amigos con camisetas de rayas o a unos hermanos con bigote y distintas alturas? Te acuerdas y te acordarás de Lucky Luke y de los Dalton y sus peripecias.
Lucky Luke te enseñaba a no tener miedo ni a la soledad ni a la maldad y a confiar en otro, aunque fuera una relación no entendida o aparentemente irracional (¡un animal que habla y demuestra más inteligencia que un ser humano!). Enseñaba a pensar, reaccionar, improvisar. A fallar y acertar. A ser rápido, muy rápido y a dejarse ayudar.
Un influencer actúa, aprende de otros y sigue su camino. Mira hacia su objetivo, elige su compañía y canta su propia canción.