El reto Ice Bucket Challenge convertido en viral, consistente en tirarse un cubo de agua helada por encima, con la finalidad de recaudar dinero para la lucha contra la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), ha dado y continua dando infinitas posibilidades de análisis y lecturas a lo largo y ancho del mundo.
Es digno de reconocer el logro de la cadena #IceBucketChallenge en solo unas semanas que tiene su origen en Boston, de la mano de familiares y amigos de Peter Frates, un joven que padece la enfermedad neurodegenerativa, de 29 años. Millones de personas han participado poblando la red de vídeos y fotografías, siendo Bill Gates uno de los primeros en hacerse eco y mojarse por la causa. Pero lo que en EEUU se traduce en millones y millones de dólares (más de 80 en estos momentos) para la investigación, en otras partes del mundo la cosa está siendo bien diferente.
En España, por ejemplo, donde la enfermedad afecta a 2.800 personas, se han recogido tan sólo 14 millones de euros, quedándose más en el plano de la diversión y el juego, pese a que gente pública y anónima acepta el reto y lo difunde. Esto se traduce en indignación y discursos de concienciación por parte de entidades, asociaciones y afectados.
Uno de los vídeos que más ha conmovido y llamado a la cordura es el de Anthony Carbajal, un joven de 26 años también diagnosticado y que ya ha padecido en su familia su terrible destino, en la piel de su madre y su abuela.
https://www.youtube.com/watch?v=kw16r1ON2h0
En una sucesión de nominaciones, la misión sigue saltando de casas de vecinos a la cúpula de grandes empresas, mundo deportivo, caras conocidas de la televisión, la alfombra roja de Hollywood… Con ejemplos, reacciones y mensajes de todo tipo:
Entre algunos ejemplos originales, el de los actores Benedict Cumberbatch con sus cinco modos de mojarse por la causa y el de Matt Damon y su uso de agua del retrete…
https://www.youtube.com/watch?v=5HBWkYLGIGw#t=132
Pero diversos famosos han declinado recoger el testigo como se esperaba de ellos dando otro tipo de lección solidaria, apelando directamente a la efectividad de dar dinero y no espectáculo. Ejemplos son, Patrick Stewart (el Profesor X de X-Men), Charlie Sheen o el propio Barack Obama.
https://www.youtube.com/watch?v=Ju5VxyM3S4o
Continuando con el tema de la concienciación, distintas entidades piden a quienes vayan a participar de la iniciativa que utilicen agua no potable para cumplir con sus retos de Ice Bucket Challenge. Hasta el momento se calcula que se han desperdiciado 40 millones de litros de agua. A la petición se suman particulares con gestos como este, aprovechando para explicar problemáticas locales de escasez de recursos que pueden convertirse en globales:
Más allá, en Gaza, el periodista palestino Ayman Aloul cambia agua por escombros…
Un caso cuanto menos curioso es el que se ha producido en la isla escocesa de Colonsay, en que las reservas de agua potable se agotaron tras una semana de participación del Ice Bucket Challenge.
Curiosas también las apariciones estelares en escena de Homer Simpson y el reto de Samsung a Apple:
https://www.youtube.com/watch?v=5RXKKZmzGUY
Pero el impacto no solo se ha dado en su vertiente viral como causa solidaria, su mayor o menor consecuencia económica para la lucha, la implicación de personas anónimas y públicas o la llamada mundial a la concienciación en diversos aspectos… Los making off o infructuosos intentos de cumplir con retos han dado mucho de sí. Pero hasta extremos insospechados: desde lo desternillante a lo grotesco, incluso hasta la propia muerte…
https://www.youtube.com/watch?v=LPaA1uZfVLw
Aunque nos hayamos echado unas risas, uno de los jóvenes que aparece en el vídeo anterior perdió la vida en al instante de sufrir el impacto de la cubeta sobre su cabeza. Un fallecimiento que se suma a la sorprendente y lamentable noticia de la muerte de uno de los creadores de la propia iniciativa del Ice Bucket Challenge, Corey Griffin (de 27 años). Pereció irónicamente ahogado al lanzarse al mar desde lo alto de un edificio.
La historia del Ice Bucket Challenge es un relato inesperado de contraste, de cómo la tristeza de la enfermedad transforma una causa en un juego de sonrisas, de cómo la diversión puede convertirse en tragedia imprevista, de solidaridad e inconsciencia, de llamamientos humanitarios a intereses particulares, de fama y anonimato, de realidad y ficción. Una historia de cómo las cosas pasan y dejan de pasar y cuán efímero es todo, una campaña y la propia vida. Y una historia de cómo siempre y todo se envuelve de transparencia y a la vez polémica. De cómo a veces ser no siempre es estar.
Y en esta mezcla de sabores, nos quedamos y os dejamos con dos inquietantes escenas: