La viralidad online es un fenónemo digno de estudio sociológico y aprovechamiento marketiniano. El trasfondo colaborativo y solidario de los retos suele ser una razón convincente, más allá del juego, el entretenimiento y la interacción entre usuarios de las redes sociales, de una punta a otra del planeta. Pero también existe otra serie de invenciones que, sin detectarse muy bien su origen, razón de ser y atractivo racional, corren como la pólvora. Hoy repasamos algunas que nos dan bastante que pensar, pero que no acertaríamos a decir en qué sentido…
Cientos de miles de usuarios de las redes sociales, tanto chicos como chicas, están subiendo fotos -selfies frente al espejo principalmente- retorciéndose para tocarse con una de sus manos el ombligo cruzando uno de sus brazos por la espalda. No se conoce muy bien dónde y cómo surgió, pero hace furor especialmente en China. Circula el rumor de que está relacionado con una obsesión insana por el adelgazamiento y la teoría de que si no consigues alcanzar con los dedos a través de esta técnica el punto concreto, sufres de sobrepeso… -Parece que tener brazos especialmente largos o una sublime elasticidad no entra en los cálculos-.
Como suele ocurrir con este tipo de remolinos en la red, ha surgido una corriente que combate la que se entiende como ‘absurda idea’: el #BoobsOverBellyBotton, que consiste en subir una foto tocándose un pecho. Así, sin más, sin artificios, florituras ni escorzos.
Todos recordamos el #IceBucketChallenge, la implicación de famosos y anónimos, con polémicas varias incluidas y que ya repasamos. Ahora otra de las modas está en el extremo opuesto, sin beneficio para una buena causa y acabando entre llamas. Ha hecho furor en Estados Unidos y consiste básicamente en rociarse con alcohol el cuerpo desnudo y prenderse fuego. Punto. Ya está. Obviamente, muchos de los ‘intrépidos’ han necesitado asistencia médica…
En un papel se dibuja una cruz y en el hueco de cada ángulo se escriben las palabras ‘sí’ y ‘no’ de forma intercalada. Sobre las rayas se colocan dos lápices o bolis cruzados. La guasa de este reto reside en preguntar en voz alta ante el dibujo “Charlie, Charlie, are you here?” (“Charlie, Charlie, ¿estás aquí?”), uno de los bolígrafos se mueve en alguna dirección y responde a la pregunta… Todo esto, claro está, se graba en vídeo y se comparte. Es curioso, cuando no hay muestras de presencia siempre los ‘valientes’ parecen despagados y, sin embargo, cuando algo ocurre, salen despavoridos… ¿Miedo, fake?
Encajar la boca de una botella con alcohol en los ojos durante unos segundos con el ánimo de ‘beber’. El resultado siempre es rojez, irritación y malestar. No obstante, también reflejado en vídeo, la botella pasa de mano en mano. Otra versión fue la de empapar un tapón de corcho y taponar algún que otro orificio esperando acabar beodo. Dejamos a la imaginación o a la investigación particular el resto.
Miles de personas en Japón han metido su cabeza en una caja de cartón, tumbados en el suelo. La escena parece completamente absurda aunque, en este caso, tiene una finalidad un tanto más experimental y productiva: generar una especie de cine personalizado. La moda llegó hasta la CNN de esta manera y con una crítica bastante buena: