Sí, el Punto i. Todos lo tenemos, más o menos grande, más o menos escondido, pero no siempre podemos encontrarlo. Está de moda, aunque sigue siendo algo tabú. O al menos es como ese algo que se sabe que existe pero que nadie sabe ponerle nombre, no le encuentra origen ni explicación. Pues bien, nos hemos propuesto guiaros para que os lo encontréis y deis rienda suelta a los efectos de mimarlo y trabajarlo.
Está conectado con el centro del cerebro y la boca del estómago y reside en las yemas de los dedos y en el centro de las pupilas. Su estimulación se nota en el exterior, en la mirada, en el modo de moverse y, muy especialmente, en la forma de desenvolverse al hablar, al escribir, al sonreír a una cámara y, por encima de todo, al crear. Tiene un ‘peligro’, encontrarse el punto y ser protagonista de sus efectos contagia. No es que revele a otros dónde tienen el suyo, es que produce algún tipo de hipnosis sobre los demás.
Está demostrado que se cuando alguien domina su Punto i y lo alimenta cada día genera a su alrededor un halo especial que le hace más atractivo. La gente que rodea a una persona con Punto i activo suelen prestarle más atención, tienden a la imitación, repiten sus palabras y algunos de sus actos.
Este punto ha existido siempre en los humanos pero es ahora, con los avances de las nuevas tecnologías, que se potencia su utilidad en facetas nunca antes conocidas. Qué compras, qué comes, cómo vistes, qué lees, cuánto y por dónde sales, qué opinas sobre qué es interesante y qué es deleznable… De todas y cada una de estas cuestiones se alimenta el Punto i. Y a quienes contagia se alimentan de todo ello. Es un bucle sin fin, es el ‘Punto de la influencia’.
En tu día a día influyes sobre alguien. Quizá no son muchas personas y están en tu casa o grupo de amigos, aquellas personas que te preguntan cómo les sienta la ropa, a qué restaurante pueden ir o qué película le recomiendas. Eres un líder de opinión en alguna escala. Pero vamos ahora un paso más allá, en otro plano, en el virtual. En las redes sociales reside su hábitat natural pese a que la dervitualización, convertir los nicks en personas de carne y hueso, es parte indispensable del juego.
– Busca dentro de ti qué te gusta e investiga sobre ello. Desterra aquello que elipsa o entorpece que salga. Marca una ruta hacia un objetivo y síguela.
– Observa a tu alrededor, a quién te gustaría parecerte, quién tiene ese punto que querrías tener.
– Crea contenido propio, diferente a lo que existe, el que te gustaría ver o leer y del que existe una carencia o que consideres que puede aportar otra visión.
– Persiste, comparte, comenta. Actúa con la conveniencia justa entre que se te vea y la generosidad suficiente como para reconocer en y a los demás sus logros de los cuales aprender.
– Haz limpieza. No sigas por seguir, no alabes por alabar.
– No desanimes, buscando fuentes de inspiración, márcate una rutina productiva con sentido y contenido.
– Interactúa con quien comienza a requerirte y atiende a tus seguidores. Tanto en su versión crítica como en la afable. Pero recuerda, don’t feed the troll.
– Si se agota tu ‘mercado’, da un giro. Trabaja tu capacidad de adaptación a las circunstancias y a virar allá donde la corriente te lleve pero siempre respetando tu esencia. Asimilar y decidir no es impostar una identidad.
– Analiza tu trayectoria. Apunta aciertos y errores, sé consciente de tu evolución, no reniegues de comienzos ni temas tus metas.
– Lee mucho y cita lo que aprendas y de quien aprendas.
– Investiga e innova. Si siempre hablas de lo mismo, en los mismos términos, de las mismas cosas, acabarás aburriéndote y aburriendo. Perderás Punto i.
– La sinceridad se nota. Vender una historia (mensajes, productos, marcas…) con las que no estás cómodo, se trasluce. Recuperar la confianza perdida es, como en la vida, muy difícil.
– Si notas que vas ganando influencia, no la abandones.
– Entiende que ser influencer no es un trabajo, es un efecto de tu actividad, pero sí da trabajo. Y en dos sentidos: el del esfuerzo y el de la posibilidad de monetizar tus pasos.
– Confía en los expertos. El Marketing de Influencers ha nacido.
– Interioriza los 10 mandamientos de Influencity.
– ¡Y disfruta!