Motivación, objetivo, aspiración, deseo, carro de batalla, lastre o, si cabe, pesadilla. De cualquiera de estas formas puede ser vista la necesidad de vender para las empresas. Se convierte en una razón de ser esencial, como lo es encontrar las formas y los medios. Pero hoy por hoy hay un matiz que no hay que descuidar en el camino: convencer desde la confianza para tomar una decisión de compra. De nada sirve tratar de vender, por muy buenos argumentos que nos creamos tener, si no depositamos en el mensaje y en el propio producto o servicio una carga humana y convincente de su necesidad. Y la clave está en las personas.
En el mundo global de las redes sociales, quienes son simplemente particulares en la calle, se convierten en auténticos líderes en internet. De hecho, nueve de cada diez usuarios sigue la pista a marcas con el fin de estar informados. Por tanto, es ahí donde hay que estar, en este preciso momento. Y es comprendiendo la magnitud del contexto y la trascendencia cuando hay que apostar por el marketing de influencers. El tablero ya está sobre la mesa. Hagan sus apuestas, señores.
En lo que respecta a marcas Facebook continua siendo el rey. Es la red con más volumen de usuarios y la que mejor está siendo aprovechada por las empresas para dar a conocer sus productos y servicios. YouTube y Twitter le siguen de cerca. Uno de los datos más significativos a la hora de apostar por las redes sociales para hacer una incursión estratégica por parte de las empresas es, sin duda, la frecuencia de uso de las mismas por parte de sus adeptos.
Éstos, aunque su principal propósito continúa siendo estar en contactos con los suyos, con el mundo o con la información, cada vez están más familiarizados con encontrar en las diferentes plataformas propuestas publicitarias. Así, el tiempo que un usuario pase ante su pantalla (sea tablet, smartphone u ordenador, sea en ruta, mientras trabaja o de relax en casa) puede ser literalmente oro.
En este sentido, la mayoría de usuarios de Facebook utilizan la web diariamente y la consultan una media de cuatro horas y media. Por su parte, los usuarios de Twitter e Instagram consultan respectivamente cada aplicación unos cinco días a la semana alrededor de unas cuatro horas. YouTube, algo menos. Las franjas horarias más as áreas que tarde, noche y mediodía y las áreas que más triunfan son la tecnología, la cultura, la belleza y la alimentación.
La lectura, más allá del propio éxito de las redes sociales, es la gran cantidad de oportunidades que se abren ante nuestros ojos. Y no solamente para insertar ofertas, sino para llegar a llamar a la puerta de cada particular directamente y de forma personalizada prácticamente. Hablamos de tratar de forma única y especial a cada seguidor y potencial comprador para convertirle en algo mucho más allá de un cliente: en un fiel amigo. Y se logra tratando a los líderes de opinión de la red como lo que son, influencers.
Los influencers son el golpe de efecto de la decisión de compra en el siglo XXI. Recomendadores y opinadores, expertos y experimentadores, inspiración y ejemplo. Son, al fin y al cabo, personas que trascienden a su “carne y hueso” para humanizar las empresas y sus productos. Cómo enfocar campañas coherentes, realistas, con gancho, adecuadas para cada medio y público… es la guinda.