Tienes una audiencia fiel, un contenido propio por el que tus fans suspiran, tus followers se incrementan día a día… sí, eres un influencer. Las marcas llaman a tu puerta para colaborar en tus redes sociales. Pero, te asalta una duda, ¿cuánto pido por un tweet? ¿Y por un post? ¿Y por una imagen en Instagram?
El debate
Desde hace tiempo que se ha entablado el debate de la profesionalización de los influencers. De hecho, en la mesa redonda sobre influencers que tuvo lugar en el evento #EnamoraMKD que moderó nuestro CEO, Daniel Sánchez, volvió a surgir este tema. Se dejó claro que los influencers deben cobrar por sus acciones, por lo que no tienen que pedir perdón ni avergonzarse por ello. La profesionalización de las personas influyentes es una realidad, ya que requiere un trabajo, esfuerzo y estar en constante aprendizaje.
Youtubers, instagramers o twitstarts no buscan hacerse ricos, sino que disfrutan con lo que hacen, lo cual se ha acabado convirtiendo en un trabajo, muchas veces las 24 horas, los 365 días. Además, cuando una marca no encaja con un influencer, por mucho dinero que le pueda ofrecer, acaba rechazando la propuesta. Así lo confesó El Rubius en la entrevista que le hizo Risto Mejide el año pasado.
Asimismo, algunas marcas en lugar de una remuneración, ofrecen a cambio productos o servicios para realizar una review. Cuando se es un influencer, digamos que nuevo, es una buena forma de darse a conocer, sobre todo, en el mundo de la moda y la belleza, donde muchas marcas y cadenas de perfumerías envían maquillajes o cosmética.
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Algunas cifras
Por ello, cuando una marca o agencia se pone en contacto con un influencer, sobre todo, cuando es “nuevo”, muchas veces no sabe cuánto se está pagando. No existe un libro de tarifas donde se pueda especificar las cantidades. En este sentido, para que resulte orientativo, una persona que tenga unos 2.000 seguidores en Twitter puede cobrar unos 15 euros, mientras que otra que cuente con unos 100 K puede llegar a pedir 250 euros.
Hay que tener en cuenta que muchos influencers ya poseen un caché, por lo que cobran un plus de lo que se puede encontrar más o menos estipulado; por ejemplo 1.500 o 2.000 euros por imagen en Instagram, cuando normalmente a un perfil de unos 1.000 seguidores se le paga unos 100 euros. Aquí se podrían situar María Pombo, Dulceida, Lovely Pepa o Prince Pelayo.
Está claro que cuantos más K, el precio de la acción es más elevada. Pero este hecho está cada vez siendo más discutido tras las polémicas por la compra de seguidores, por lo que hay que tener en cuenta también otros aspectos.
Al hilo de estos tres aspectos, últimamente también se está hablando mucho de la importancia de los ‘micro-influencers’, aquellos que cuentan con menos seguidores (normalmente menos de 100 K), pero con un engement muy elevado. Un informe realizado en Reino Unido señala que los perfiles en Instagram con menos de 1.000 seguidores logran una interacción del 8%, mientras que los que acumulan entre 1.000 y 10.000 followers consiguen la mitad. Por eso, muchas agencias se están fijando en estos perfiles.
Por tanto, aunque no cuentes con unas cifras de K increíbles, si la interacción con la audiencia y el contenido se renueva frecuentemente, puedes cobrar unos 20 euros por tweet por unos 4.500 seguidores o 40 euros por tweet con unos 10.000, para que te hagas una idea.
Por otro lado, si te fijas en tarifas de otros países, hay que tener en cuenta que en Estados Unidos, pioneros del marketing de influencers, las tarifas resultan más elevadas que en España, sobre todo, entre los que poseen un caché elevado. Selena Gómez cobra unos 230.000 dólares por actualizar sus redes sociales. Según una encuesta de Marketing Profs, el 42% de los influencers de EE.UU. que consultaron cobraban entre 200 y 500 dólares por post y el 37% pide unos 200 dólares de media.
En definitiva, y como hemos comentado en otras ocasiones, lo más relevante no tienen que ser los K que se acumulan, sino la conversación que se mantiene con la audiencia. Un punto de partida clave a la hora de pedir más o menos por un post o por un tweet. Y si tienes alguna duda, ¡consúltanos!