Todos sabemos y estamos hartos de escuchar lo importante que han sido las Redes Sociales como catalizador de las comunicaciones globales. Gracias a plataformas como Twitter o Facebook la información se ha convertido en una herramienta inmediata y accesible para la mayoría de la población. Cuando ya creíamos que vivíamos el máximo exponente de la inmediatez llegan las nuevas actualizaciones de las redes sociales: los directos y los Stories.
El primero en sumarse al barco del streaming fue Periscope para Twitter (Todos recordamos a la madre que le quitó el móvil a su hija ‘’Ni periscope ni hostias’’), pero a parte de la anécdota graciosa, es importante recalcar que fue la puerta de la inmediatez y de traspasar la frontera de lo estático a lo dinámico, de volcar contenidos a vivirlos.
Después de Periscope, vinieron el Live de Facebook, el directo de Instagram y los stories; que a pesar de no ser en directo tienen esa connotación de volatilidad, de información constante y de un uso efímero . Es necesario hacer una mención a Snapchat, el creador del contenido de usar y tirar, del contenido constante y efímero que fue comido , en España, por Instagram.
Pero dejemos de lado el carácter informativo y centrémonos en el entretenimiento. Estas nuevas herramientas son el súmmum del morbo, podemos ver a nuestros amigos lavándose los dientes, los más adictos al maquillaje recién levantados con la cara lavada o comiendo unos macarrones. Hemos entrado en la vida de nuestros seguidos y dejamos que nuestros followers entren en nuestra vida.
Pero, ¿Cómo afecta esto a los influencers? Las personalidades siempre han protegido su vida privada para luego poder venderla en forma de exclusiva y crear hype para aumentar las ventas o la expectación de cualquier proyecto que tuvieran que vender. Ese modelo ha cambiado: las nuevas celebridades, los influencers, explotan las redes para enganchar a su audiencia y tenerles al día de todo lo que lanzan creando una comunidad que se siente identificada y atraída con cifras, según el jefe de producto de Facebook, 10 veces mejores en engagment gracias a los directos.
Las marcas, atentas a todos los adelantos, se han dado cuenta de las grandes posibilidades de estos nuevos métodos para hacer publicidad: las acciones de prescripción más orgánicas y frescas nunca hechas. No hace falta hacer un vídeo dedicado o una foto en tu red social, el producto a publicitar se muestra como parte de la vida del Influencer haciendo de la acción publicitaria algo menos invasivo. Uno de los ejemplos más representativos del uso de directos en marcas es el de BMW para mostrar uno de sus últimos modelos en una pista de carreras seguido por más de 16 millones de espectadores o las acciones que hace Sephora dejando a influencers tomar el control de los stories de la marca.
Y ahora, sería bueno preguntarse, ¿vimos ciertamente en el súmmum de la inmediatez como he dicho antes? o todavía tenemos mucho por ver.